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GEORGES IVANOVICH GURDJIEFF – 5

G.I. GURDJIEFF – Entre el Chamanismo y el Tantrismo (V)

Gurdjieff es uno de los hombres que han levantado más controversias apasionadas. Se le han atribuido todas las bajezas, todos los cinismos, todos los poderes. Esta reputación estrepitosa tiene unas causas muy concretas. G.I.G. conocía la amplitud y el alcance de su ascendiente sobre los demás. Cuando se daba cuenta de que alguno de sus alumnos, demasiado subyugado por su personalidad, corría el peligro de perder su propia integridad, su libertad profunda, Gurdjieff no vacilaba en expulsarle. Por otra parte, definiéndose a sí mismo como un “profesor de despertar”, se esforzaba en provocar ese despertar por cualquier medio, incluyendo los shocks emotivos más violentos. Por último, la fachada social, su reputación, la opinión que los demás tenían de él era lo que menos le importaba. Su pintoresquismo bárbaro, su truculencia, eran técnicas de iniciación, más que rasgos de su carácter – lo que no resta nada a su fuerza vital realmente prodigiosa. Su acento exageradamente caucasiano y su hablar voluntariamente lleno de faltas – y sobre todo de groserías (“¡Vosotros – decía, por ejemplo – ser mierrdosos!”) – no era más que un medio de crear una tensión generadora de dinamismo interior. Podía expresarse perfectamente de un modo normal.

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Por supuesto, algunos de sus antiguos alumnos, sin duda los más impresionables y menos lúcidos, se fijaron sólo en las apariencias más superficiales de su comportamiento, y le atribuyeron, a menudo de buena fe, toda suerte de abominaciones. Pero hemos de insistir también en el hecho de que Gurdjieff aspiraba a un desarrollo integral del individuo y de todas sus facultades, englobando entre otras cosas al sexo y al conjunto de necesidades carnales. Esta escuela está muy cerca de las tradiciones chamánicas y tántricas más puras.

He aquí, sobre la vida íntima de G.I.G., el testimonio de Fritz Peters, un muchacho a quien el maestro había destinado a su servicio personal: “Gurdjieff (..) vivia como un animal (…); el desorden era a menudo tan enorme que muchas veces llegué a pensar que perseguía con ello algún fin (…); corría por entonces el rumor de que un buen número de personas venían a su habitación para algo más que para tomar café o coñac. El estado normal de esas piezas (su habitación y el baño), después de una noche, indicaba que allí se habían expresado casi todas las actividades humanas durante la noche anterior. Sin la menor duda, se había vivido en aquella habitación, en el pleno sentido de la palabra…”

El alma oriental en el arte de las alfombras.

El alma oriental en el arte de las alfombras.

Hasta 1933, la existencia de Gurdjieff prosigue a ritmo cada vez más frenético y estruendoso: París, Londres, Nueva York, y de nuevo al priorato. Bebe y devora como un ogro, habla durante horas, apostrofa e insulta a todo el mundo, baila, compone, medita y hace el amor. Todo en él es enorme, desmesurado. Sus discípulos a menudo se ofuscan y otras veces se enfurecen. No comprenden, aunque pocos son los que le abandonan. Se comienza a hablar de magia negra y de orgía. G.I.G. responde con invectivas, o estalla en una carcajada. Preguntándoles a los recién llegados el saldo que arroja su cuenta corriente, les dice: ¿Queréis salvar vuestra alma, y no estáis siquiera dispuestos a sacar vuestra cartera!”

Una simple mirada suya basta para desencadenar el orgasmo en mujeres desconocidas, vecinas de mesa en el restaurante o el café (hay numerosos testimonios que confirman este hecho).

Thomas y Olga de Hartmann

El matrimonio Thomas y Olga de Hartmann

En 1929, se pelea con los Hartmann – que continuarán considerándole como su maestro. ¿Tal vez les protege contra su propio ascendiente?

Gurdjieff en Fontainebleu

Gurdjieff en Fontainebleu

En 1933, vende el priorato: le faltan “verdaderos hombres”, dice, y prefiere disolverlo todo… A fines del mismo año, vuelve a los Estados Unidos, donde crea nuevos grupos.

GEORGES IVANOVICH GURDJIEFF – 2

G.I.GURDJIEFF – Las etapas de la Gran Iniciación – (II)

En enero de 1900, los Buscadores de la Verdad acuden otra vez a él para que les acompañe en una nueva expedición a la India.

Ciudad de Benarés y rio Ganges. 1907.

                            Ciudad santa de Benarés y el rio Ganges. 1907.

Durante ese viaje, Gurdjieff descubre un monasterio en el que se ha perpetuado la exacta tradición iniciática esenia del “Maestro de Justicia”. G.I.G. hablará toda su vida con el mayor respeto de ese misterioso centro esotérico cuya enseñanza habrá sido decisiva para la formación de su propio sistema, sobre todo para su interpretación neopitagórica de los números, así como del ritmo y de las vibraciones musicales aplicados a las estructuras del cosmos y del cuerpo humano.

Lhasa, la capital del Tibet. 1916

                                            Lhasa, la capital del Tibet. 1916

Durante una docena de años, hasta 1913, Gurdjieff recorre millares de kilómetros, en la India, el Tibet y Mongolia. Va de secta en secta, de monasterio en monasterio. Estudia todas las técnicas de meditación, todos los ejercicios físicos que aspiran al desarrollo integral de la conciencia. Adquiere un particular dominio de ciertos procedimientos hipnóticos; quiere dar salida a sus poderes ocultos y, al mismo tiempo, hacer fortuna conviertiéndose en curandero.

Yurtas de Mongolia. Pintura de Nicolas Roerich.

                            Yurtas de Mongolia. Pintura de Nicolas Roerich.

“Liquidando todos mis asuntos – escribirá – y movilizando mi material, comencé a coleccionar todos los textos y las informaciones orales que sobreviven aún en ciertos centros asiáticos en torno a esa ciencia que estuvo altamente desarrollada en los tiempos antiguos y que se llamaban “majaness”, nombre que significa la acción de eliminar la responsabilidad”.

XIII Dalai-Lama. Tubten Gyatso. 1876-1933.

                             XIII Dalai-Lama.  Tubten Gyatso. 1876-1933.

Gurdjieff pretenderá más tarde haber sido preceptor del Dalai-Lama; pero esa estancia en el Tibet es discutida por muchos, especialmente por A. David-Neel. Había, sí, en Lhasa, un cierto lama llamado Dorjieff, pero nada permite afirmar que se tratase de G.I.G. Éste es uno de esos numerosos misterios de esa vida tan rica en enigmas. Gurdjieff tenía esa costumbre, tan oriental, y que en él era casi un método de enseñanza, de mezclar continuamente lo maravilloso y lo real. Ver en ello señal de engaño equivaldría a desnaturalizar el personaje.

Lama Agvan Dorjiev

                          Lama Agvan Dorjieff

Entre 1910 y 1913, se lanza a innumerables empresas financieras y aventuras comerciales. Siempre esta vida doble. Escuchémosle:

“Firmé contratos con particulares o con el estado para aprovisionar material y construir líneas de ferrocarril o carreteras; abrí diversas tiendas; regenté cinematógrafos, restaurantes (…). Pero el negocio que más prefería era el comercio de alfombras y antigüedades, que aun siendo provechoso, me permitía elegir libremente mi residencia y horas de trabajo. Cuando llegué a Moscú, a finales de 1913, con el propósito de llevar a la realización práctica lo que yo consideraba como una idea sagrada, había amasado una suma de un millón y medio de rublos, sin contar dos colecciones de un valor inestimable…”

Cuando estalla la guerra de 1914, Georges Ivanovich Gurdjieff tiene algo más de 40 años. Está en la plenitud de sus facultades físicas y mentales. Puede comenzar a dar al mundo el fruto de veinticinco años de experiencias y de profundización en los secretos del Universo.