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GEORGES IVANOVICH GURDJIEFF – 7

G.I.GURDJIEFF – Los grupos y la posterioridad (y VII)

Gurdjieff se convirtió, ya en vida, en un personaje legendario. Se ha pretendido que conoció a Stalin en el seminario, y que Hitler había venido a verle a su paso por París. Esta aura que rodea a G.I.G. es seguramente fascinante, pero es el aspecto menos interesante de este hombre extraordinario cuya obra y proyección fueron considerable.

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Los grupos Gurdjieff continúan prosperando hoy día; asentados en todo el mundo, prodigan esa enseñanza tan original y particular que su fundador bebiera antaño en los grandes centros esotéricos de Oriente, y de la que hizo una síntesis personal.

El Egipto de las pirámides albergó gran conocimiento esotérico.

El Egipto de las pirámides albergó gran conocimiento esotérico.

Es rigurosamente imposible resumir los métodos y pensamiento de una riqueza semejante. Podemos recordar algunos de sus puntos, cuyo enfoque es algo desconcertante.

Señalamos su concepción de las estructuras del cosmos, comparables a las siete notas de la gama, con, de un plano al otro, las transiciones que corresponda los tonos y semitonos: niveles de densidad cada vez mayor, que van desde el nivel que agrupa “todos los sistemas solares”, al plano, hiperpesado, de la Luna…El hombre pertenece al sexto y penúltimo nivel, el de la Tierra.

La Tierra, nuestra madre.

La Madre Tierra.

Todo el sistema de Gurdjieff tiende a una toma de conciencia cada vez más intensa, que desemboca en un estado integral, donde el individuo asume y trasciende todas sus posibilidades, desde las más groseras hasta las más sutiles. Tan sólo el sabio, el hombre despierto, el hombre verdadero debería poder decir “yo”. Los otros no son más que máquinas, una sucesión y un hormigueo anárquico de “yo” diferentes y contradictorios, artificialmente unidos, incontrolados.

“No deberías decir: yo soy, yo pienso, yo hago – proclamaba G.I.G. – sino ¡eso es, eso pienso, eso hace! El hombre es una criatura inacabada: En su mano está “terminarse” o no, “crearse” un alma, o no.”

El hombre Consciente.

El hombre Consciente.

Gurdjieff llamaba a su sistema, o su método, la “vía del hombre astuto”, siendo las otras tres vías tradicionales, según él, la del faquir, la del monje y la del yogui.

Arquitecto americano Frank Lloyd Wright.

El arquitecto Frank Lloyd Wright.

Citemos, entre sus discípulos, el gran arquitecto americano Frank Lloyd Wright, cuyas construcciones revolucionarias (especialmente el Museo Guggenheim, de Nueva York) estaban profundamente impregnadas de las concepciones de Gurdjieff, así como hombres como Philippe Levastine, Michel de Salzmann, e incluso Lanza del Vasto.

Interior del museo Guggenheim de Nueva York.

Interior del museo Guggenheim de Nueva York.

La posterioridad de Gurdjieff constituye legión, espiritual y físicamente. Tuvo unos cuarenta hijos naturales. “Los hijos – decía – no vale la pena contarlos…”

GEORGES IVANOVICH GURDJIEFF – 1

La Presencia de un

Hombre Extraordinario

BIOGRAFIA de GURDJIEFF

Por Patrick Ravignant

G.I. GURDJIEFF – Orígenes – (I)

El 13 de enero de 1872, año nuevo ortodoxo, nació G.I. Gurdjieff, a medianoche, exactamente. Alenxandrópolis, la ciudad donde él vio la luz, se encontraba en la Armenia rusa, cerca de las fronteras persa y turca.

La infancia y juventud de Gurdjieff nos son conocidos esencialmente por sus propios relatos y confidencias. Por lo demás, él no se cansaba nunca de relatar las aventuras de su adolescencia; pero sus comentarios, donde intervenía sin cesar lo maravilloso, revelaban tanto la parábola, la fábula, como la realidad histórica.

Así pues resulta difícil separar lo simbólico de lo vivido realmente…Gurdjieff ha contado toda la historia de su juventud en su libro “Encuentros con hombres notables”, obra que constituye casi el único documento en lo que concierne a éste período de su vida.

Su familia paterna era de origen griego, y se llamaba al parecer Gurdjides. Su padre poseía una fuerza física y un valor poco corrientes. Excelente músico, prodigioso relator de leyendas, sufría también las espantosas cóleras y era capaz de ingerir enormes cantidades de alcohol. Georges Ivanovich heredó estas diversas cualidades.

A mediados del siglo XIX, los Gurdjieff poseían inmensos rebaños; eran uno de los clanes rurales más ricos de la región. Pero, en 1879, una terrible epidemia destruyó completamente el ganado. De la noche a la mañana, la familia se encontró arruinada. El padre del pequeño Georges se vio obligado a dirigirse a Kars, para trabajar como simple carpintero. G.I.G., que era el mayor de varios hermanos y hermanas, comenzó a partir de entonces a demostrar extraordinarias facultades acompañadas de una extraordinaria precocidad.

Iglesia Armenia de los Santos Apóstoles . Siglo XIII - Foto de finales del s. XIX

Iglesia Armenia de los Santos Apóstoles. Siglo XIII – Foto de finales del s. XIX

Leyendo todo lo que iba a parar a sus manos, estudió desordenadamente, filosofía, teología y medicina; se interesó por todas las ciencias y por todas las técnicas. Se reveló también particularmente dotado para los trabajos manuales, asociando espontáneamente lo abstracto con lo práctico y las grandes interrogaciones metafísicas con las preocupaciones más comerciales.

El año 1888 señala el primer hito importante de su adolescencia.

Guiado por ciertos “signos” o fenómenos sobrenaturales, se da cuenta de que el verdadero conocimiento no está en los libros, y que cada cosa, en el Universo, contiene gérmenes de un poder cósmico con el que el hombre puede fecundar su conciencia. Decide entonces dedicar toda su vida a la búsqueda y al descubrimiento de las fuerzas que animan el cosmos, para someterlas a nuestra voluntad, en lugar de sufrirlas.

A los 20 años, Gurdjieff se encuentra en Tiflis, como conductor de una locomotora y luego como jefe de taller. Durante un año, realiza un trabajo encarnizado, hercúleo, que le permite reunir suficiente dinero para estar, por un tiempo, al abrigo de las necesidades materiales.

Tras realizar unas excavaciones arqueológicas cerca de Alexandrópolis (en Ani), G.I.G. se dedica a viajar: Alejandría, El Cairo y Jerusalem, en 1893.

Egipto. La esfinge y las pirámides.

                            Egipto. La esfinge y las pirámides.

Yendo de ciudad en ciudad para hallar a los “sacerdotes del secreto”, recibiendo según sus propias palabras “las enseñanzas más iluminadas”, gana, al mismo tiempo, algún dinero como guía.

Lleva así una vida doble – pero no una doble vida – , ya que aún sus tráficos más discutibles no tienen otro objeto que procurarse las sumas necesarias para proseguir con su búsqueda. No hay en él ningún móvil sórdido. Si bien, en ocasiones, roza el engaño, eso se debe a que lo que está en juego tiene muchísima más importancia que unas pocas monedas de más o menos en el bolsillo de este o de aquel millonario.

En el Cairo se hace amigo de un riquísimo aristócrata ruso que, durante algunos años le ayudará con toda su inmensa fortuna. Conocemos el personaje sólo con un nombre evidentemente fantástico: príncipe Yuri Lubovedski.

Desierto del Gobi

Desierto del Gobi

De regreso a Alexandrópolis, en 1897, G. Ivanovich es abordado por el grupo de los Buscadores de la Verdad, para participar en una gran expedición al desierto de Gobi. El objetivo de la aventura era encontrar las fabulosas ciudades que habían prosperado, en un pasado muy remoto, entre los inmensos territorios privados hoy de toda vida.

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Camellos del Desierto del Gobi

Gurdjieff espera secretamente descubrir la pista que le conduzca hasta la legendaria Agartha, gobernada por el rey del Mundo. Aun cuando esta esperanza se ve frustrada, y el grupo de exploración se disuelve demasiado rápidamente, la expedición está lejos de resultar inútil. El contacto con el silencio de ese desierto donde descansan tradiciones ancestrales y civilizaciones hundidas afecta muy profundamente en la imaginación de G.I.G. Por lo demás se dedica a vagar, en solitario, durante varios meses.

Durante una estancia en Bakú, se inicia en las técnicas de la antigua magia chamánica. Obligado otra vez a ganar algún dinero, abre en Achkabad un “taller americano ambulante”, en el cual se dedica a reparar o remendar casi cualquier cosa que le traigan. Tiene 25 años; sabe hacerlo todo.