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Tributo a Don Juan & Carlos Castaneda – 22

Solo se vive dos veces – Parte 22

CarlosCastaneda

LOS POBRES BEBITOS

(Carlos Castaneda, el legendario brujo habla con Bruce Wagner acerca de Don Juan, de la libertad, del ensoñar, y de la muerte – y las cosas graciosas que suceden camino al infinito)

Conozco personas todo el tiempo que se mueren por contarme sus historias de abuso sexual. Un tipo me contó que cuando tenia 10 años, su padre agarro su pene y dijo, “¡Esto es para coger!” ¡Eso lo traumatizo durante diez años! Gasto miles en psicoanálisis. ¿Acaso somos tan vulnerables? Estupideces. ¡Hemos rondado durante cinco billones de años! Pero eso lo define a el: el es una “víctima de abuso sexual.” Mierda.

Cuando el hombre cayó de rodillas,

se convirtió en el imbécil que es hoy día

Todos somos unos pobres bebitos.

Don Juan me forzó a examinar cómo me relacionaba con la gente buscando que sintieran pena por mi. Ese era mi “único truco.” Tenemos un truco que aprendemos de pequeños y lo repetimos hasta que morimos. Si somos muy imaginativos, tenemos dos. Prende la televisión y escucha los programas de entrevistas: pobres bebitos a fin de cuentas.

Amamos a Jesús -sangrante, clavado a la cruz. Ese es nuestro símbolo. Nadie esta interesado en el Cristo que resucito y subió al cielo. Queremos ser mártires, perdedores; no queremos triunfar. Pobres bebitos, alabando al pobre bebito. Cuando el hombre cayó de rodillas, se convirtió en el imbécil que es hoy día.

Marzo 1994 Details Magazine – traducción Alfonso Estudillo R.

GEORGES IVANOVICH GURDJIEFF – 7

G.I.GURDJIEFF – Los grupos y la posterioridad (y VII)

Gurdjieff se convirtió, ya en vida, en un personaje legendario. Se ha pretendido que conoció a Stalin en el seminario, y que Hitler había venido a verle a su paso por París. Esta aura que rodea a G.I.G. es seguramente fascinante, pero es el aspecto menos interesante de este hombre extraordinario cuya obra y proyección fueron considerable.

 GI

Los grupos Gurdjieff continúan prosperando hoy día; asentados en todo el mundo, prodigan esa enseñanza tan original y particular que su fundador bebiera antaño en los grandes centros esotéricos de Oriente, y de la que hizo una síntesis personal.

El Egipto de las pirámides albergó gran conocimiento esotérico.

El Egipto de las pirámides albergó gran conocimiento esotérico.

Es rigurosamente imposible resumir los métodos y pensamiento de una riqueza semejante. Podemos recordar algunos de sus puntos, cuyo enfoque es algo desconcertante.

Señalamos su concepción de las estructuras del cosmos, comparables a las siete notas de la gama, con, de un plano al otro, las transiciones que corresponda los tonos y semitonos: niveles de densidad cada vez mayor, que van desde el nivel que agrupa “todos los sistemas solares”, al plano, hiperpesado, de la Luna…El hombre pertenece al sexto y penúltimo nivel, el de la Tierra.

La Tierra, nuestra madre.

La Madre Tierra.

Todo el sistema de Gurdjieff tiende a una toma de conciencia cada vez más intensa, que desemboca en un estado integral, donde el individuo asume y trasciende todas sus posibilidades, desde las más groseras hasta las más sutiles. Tan sólo el sabio, el hombre despierto, el hombre verdadero debería poder decir “yo”. Los otros no son más que máquinas, una sucesión y un hormigueo anárquico de “yo” diferentes y contradictorios, artificialmente unidos, incontrolados.

“No deberías decir: yo soy, yo pienso, yo hago – proclamaba G.I.G. – sino ¡eso es, eso pienso, eso hace! El hombre es una criatura inacabada: En su mano está “terminarse” o no, “crearse” un alma, o no.”

El hombre Consciente.

El hombre Consciente.

Gurdjieff llamaba a su sistema, o su método, la “vía del hombre astuto”, siendo las otras tres vías tradicionales, según él, la del faquir, la del monje y la del yogui.

Arquitecto americano Frank Lloyd Wright.

El arquitecto Frank Lloyd Wright.

Citemos, entre sus discípulos, el gran arquitecto americano Frank Lloyd Wright, cuyas construcciones revolucionarias (especialmente el Museo Guggenheim, de Nueva York) estaban profundamente impregnadas de las concepciones de Gurdjieff, así como hombres como Philippe Levastine, Michel de Salzmann, e incluso Lanza del Vasto.

Interior del museo Guggenheim de Nueva York.

Interior del museo Guggenheim de Nueva York.

La posterioridad de Gurdjieff constituye legión, espiritual y físicamente. Tuvo unos cuarenta hijos naturales. “Los hijos – decía – no vale la pena contarlos…”