Nuestro punto de partida es el Chamanismo pues es desde él donde se dirigen todas las inquisitivas miradas de aquellos hombres que fueron nuestros antepasados y con quienes estamos en deuda. Desde los tiempos más remotos, en los mismos orígenes del hombre, contemplaban su entorno con la ignorancia plena de aquel que no ‘sabe’ pero siente. Ante la contemplación de los misterios y fuerzas de la naturaleza, no podían sentir otra cosa que temor y respeto por todo aquello que les superaba en gran medida: los misterios de la vida iy el universo, la fenomenologia visible e influencias invisibles. Si aquellos hombres anonimos – que en la alegría y los pesares de ser seres que viven la vida y forman parte del encadenado vital de la especie – no hubiesen existido, nosotros no estaríamos aquí ahora. A todos ellos ellos les debemos no sólo nuestra herencia genética sino también nuestra psicología, por tanto sentir respeto por ellos es el tributo mínimo que podemos ofrecerles. La historia, prehistoria o cualquier época que querramos acotar para el corto trascurso vivencial del sapiens en este planeta tiene más que ver con el hombre moderno de lo que la vanidad y orgullo pueden sospesar.
El respeto y las ofrendas a los antepasados se encuentran están siempre presente en todas las ramas chamanísticas del mundo, aunque también lucha y sangre.
Y aquellos que en un tiempo fueron acusados o tildados de salvajes, ignorantes, idólatras,…resulta que no eran -o son- lo que por intereses se hizo pensar o creer a la gente, sino todo lo contrario. En el hombre hallamos la Luz y Oscuridad, igual que en la naturaleza que nos rodea.
Aquellos hombres de tiempos ancestrales, comenzaron a desarrollarse al ritmo de su creciente actividad y desarrollo intelectual. Actividades funcionales se expandieron en todos los campos de expresión. Comenzaron a crear culturas y toda clase de normas a seguir, modificando y condicionando la conducta y pensamiento; códigos sociales, morales y religiosos. Empezaron a modular y modelar sus creencias. Las sociedades se hicieron más y más complejas, con Leyes, Normas y Estructuras de grupo.

Detalle de una estela de diorita, en el que esta escrito el Código de Hammurabi. Las primeras leyes, en la antigua babilonia. 1750 a.C.
Los más fuertes se imponían siempre ante los más débiles, los más perspicaces sacaban provecho de los que no lo eran tanto,…I así, pueblos enteros se impusieron, por la fuerza y el saqueo, frente a otros pueblos. Imperios y reinos surgieron para después acabar desintegrándose o siendo vencidos por otros más poderosos. Este es un patrón que se repite unay otra vez, un reflejo de lo que nuestro pasado colectivo.
Y el presente es fiel espejo de la conducta no humanizada del denominado Homo Sapiens. Han pasado miles y miles de años y el proceder de aquellos que se sienten poderosos o más perspicaces no han cambiado en absoluto. El peso de esos Egos, petrificados en su Importancia personal, han modelado patrones sociales de una sociedad humana dormida y artificialmente injusta, gobernada sólo por el interés egoísta del Control y el Beneficio del dinero. Esa es la faz más oscura de los que no han evolucionado suficientemente para hallar la nobleza de sentirse y ser verdaderamente Seres Humanos íntegros y de buen corazón.

Relieve de la batalla de Ulai, entre el ejército asírio de Assurbanipal y los soldados Elamitas. Siglo VII a.C.
Proviniendo de épocas de las que ya no tenemos memória, los Mitos aparecieron como respuesta a las preguntas existenciales acerca de los misterios de la naturaleza, del universo, de la vida y de la muerte,… Comenzaron a cuestionarse acerca del origen del hombre y su lugar en un mundo incógnito, que acabaron creyéndose era de su propiedad. Es a partir de aquellos momentos originales del cuestionamiento humano, que empezaron a nacer los Mitos. Mitos que en muchos casos acabaron convirtiendose con el paso de años y años, en Creencia y Dogmas de Religión. Muchas veces, creencia obtusa, creencia de piedra,…pues obtusa es la visión regida por el dogma. Pensar que el mundo, o la realidad era tal y como se les había dicho que era- o se nos ha dicho que era- y no de otra manera, era caer en la trampa de la ilusión. Pues el mundo1 es como es tal cual es, y no como creemos o imaginamos que es.
Los mitos continuan presentes en mayor o menor grado en la psique, pensamiento y conducta humana, y han mantenido su vigencia en la psicología profunda de sociedades enteras hasta nuestros días.

Durante la guerra de Kurus contra Pandavas, Krishna, ante un Arjuna desfallecido, le muestra el universo entero en su própio cuerpo. Baghavat Gita.
Ahora bien, seguramente nos equivocaremos si pensamos que los mitos fueron sólo el fruto de un razonamiento atributivo del intelecto humano o consecuencia de proyecciones del temor o de la imaginación generada por los ancestros. La raíz de los mitos quizás la hemos de buscar en los mismos orígenes del chamanismo y la expansión perceptiva de la conciencia. Y el chamanismo no es una vía de la letra muerta, ni teologías ni filosofías, sino de la experiencia viva y vital del conocimiento mismo. Si deseamos entender verdaderamente los mitos, el mundo, el hombre y su entorno, seguramente deberemos comprometernos a explorar el chamanismo.
Hablar de mitos y símbolos no significa hablar de fantasías, pues ellos tienen en si mismos una fuerza y un poder que es muy real.
NOTAS:
1 – mundo – genéricamente significa todos los niveles posibles y todas las escalas de gradación material, más o menos sutiles. Microcosmos y Macrocosmos.
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